domingo, 21 de julio de 2013

DE TURISMO RURAL POR LA VALL DE CAMPRODON: CAN GALLÓ

Hoy os voy a hablar de una granja en la cual hemos tenido el placer de alojarnos estos días. Está en Llanars, a 5 minutos de Camprodon.

COMO LLEGAR
El GPS nos guía hasta Llanars. Una vez entrado en el pueblo, si venimos de Camprodón, tendremos que buscar la iglesia románica del pueblo (preciosa), ubicada a nuestra derecha a pie de carretera, y nada más pasarla, ir mirando la acera de la izquierda hasta encontrar este cartel

Aquí empieza una pista asfaltada de montaña que nos llevará hasta la casa. Son solo 2km y no hay precipicios ni pasos muy estrechos. Éste era mi gran temor al escoger la casa ya que conozco la zona y la carretera de Rocabruna a Beget, pueblo de postal muy recomendable, me da pánico!. En 5 minutos llegareis a la casa pero si os pasa como a nosotros y os la pasáis de largo porqué veis tarde el cartel de bienvenida, unos metros más adelante hay un par de casas en donde dar la vuelta sin problemas.

LA CASA
La primera palabra que me viene a la mente es gigante. Y es que la casa es enorme. Está rodeada de un jardín natural enorme por donde las gallinas van a su aire, así como el perrito que tienen, Jacky, y sus 4 gatos. A unos metros de la casa, están las ovejas pastando, separadas por una alambrada para que no se cuelen en la casa. En cualquier momento te puedes acercar a saludarlas que estarán encantadas de venir y darte un lametón en las manos. Si hay suerte y coincide que hay corderitos, tendremos la oportunidad de darles el biberón. Pero cuidado que son unos glotones!


A la hora del desayuno, también podremos darles maíz a las gallinas, las cuales salen disparadas del gallinero nada más abrirles la puerta.



Respecto al interior, en su página web podemos ver las habitaciones, cada una con su baño privado, y decoradas según su utilidad en la antigüedad. Nosotros nos alojamos en "l´herbera". Un detalle que me gustó fue encontrarme un librito en la habitación en donde explicaba el porqué de su nombre. La decoración interior incluía un trineo de nieve de los antiguos, varias fotos de trabajo, herramientas de campo,...



El desayuno, incluido en el precio, es muy completo. Y si la intención es hacer trekkings como nosotros, la verdad es que saldréis de aquí con energía suficiente para aguantar toda la caminata. En la mesa nos esperaba cada día un buen plato de jamón acabado de cortar, y en una larga mesa auxiliar teníamos un buffet dulce y salado. Bull negre, butifarra blanca, longaniza, queso tierno y seco, quesitos para los peques, cereales, pastel casero de manzana y coca con cabello de ángel. Para beber, zumo de naranja recién exprimido o en la nevera podíamos escoger otro tipo de zumos, cerveza, refrescos,...  En otra mesa, encontramos el café y la leche. Se puede escoger entre leche embotellada o leche recién ordeñada. Para los amantes de las hierbas, tenemos varios tés e infusiones, algunas de ellas naturales. Yo un día después de cenar me tomé una María Luisa riquísima!.




EL CORRAL
No estoy hablando de donde guardan los animales sino de donde los guardaban antiguamente, como pude leer en el librito que encontré en esta sala de 100mtrs cuadrados. Actualmente lo han reconvertido en salita de estar para los huéspedes, una sala sin paredes interiores pero con 4 ambientes diferentes: en una esquina, la zona de juegos para los peques: libros, correpasillos, puzles, mesita y sillas para su estatura,...

En otro punto la librería y la zona wi-fi con un ordenador a nuestro servicio.

Otro ambiente lo forma el bar self-service, en donde tienes una hojita para ir apuntando lo que consumas. Hay una pequeña neverita para los huéspedes, en donde poder guardar la comida de los más pequeños por ejemplo. Este finde estaba llena de purés caseros :-) Aquí también hay una mesa larga en donde comer o cenar. En la granja ofrecen cena a 20€ /adulto pero, a pesar de ser a las 20h, no sabíamos si la peque aguantaría despierta y pasamos de apuntarnos.

Y el último ambiente, mi favorito, la sala de estar. Unos sofás comodísimos con vistas a la Vall de Camprodon y a la chimenea, que hemos tenido encendida en pleno julio. Nuestra intención era relajarnos por las tardes en el sofá mientras leíamos aprovechando que la peque estaba en su rincón jugando pero con estas vistas... imposible concentrarse. Creo que en todo el fin de semana solo leí 10 páginas!.



La idea era leer en una de las mesas que hay en el jardín pero como todas las tardes llovía y hacia algo de fresco, preferimos quedarnos en el interior. Pero si hace buen tiempo, hasta podéis daros un pequeño remojón en la piscina hinchable que han puesto para los niños.

Y si os gusta la montaña, los dueños os indicaran rutas que empiezan en la misma casa por lo que no hace falta coger el coche para nada.



Si queréis desconectar... os recomiendo este alojamiento al 100%. Si vais en pareja, es muy romántico por el lugar en el que está ubicado pero si vais con niños pequeños... se lo pasarán pipa!


A disfrutar!

Más información:
http://www.cangallo.es/

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