miércoles, 31 de julio de 2013

LA PERLA DE RIPOLL

Para los que conozcan un poco Ripoll, se imaginarán, erróneamente, que voy a hablar del Monasterio de Santa María, una visita imprescindible si estamos de paso en esta población. Por el módico precio de 3€ podemos visitar este edificio románico, cuya portalada del s. XII es conocida como la Biblia de piedra. Esta portalada contiene entre sus arcos la historia del antiguo testamento y es una verdadera maravilla. Igual yo lo tengo en gran estima porqué me entró en el examen de Historia de Arte en la Selectividad. Podría pasarme horas mirando sus esculturas. Preciosos.

 En su interior, también podréis ver las tumbas, entre otros, de los condes Guifré el Pilos y Ramón Berenguer III. Y antes de abandonar el monasterio, podréis disfrutar de la paz que se respira en el claustro.



Pero no, no quiero hablar de esta perla sino del Restaurante La Perla.

En Ripoll hay muchos restaurantes entre los que elegir para comer un domingo al mediodía. Y la mala suerte quiso que escogiéramos éste. Nunca más. No me gusta hacer malas críticas, hasta el día de hoy, solo he publicado opiniones negativas sobre alojamientos infumables en los que me ha tocado pasar una noche, pero hoy haré una excepción.

Entramos poco antes de las 14h en el restaurante y salimos a las 17h tocadas! Se podría entender si nos hubieran hecho esperar de pie una mesa o nosotros hubiéramos querido alargar la sobremesa. Pero no. Cuando entramos en la sala, que estaba medio vacía, nos buscaron una mesa en donde sentarnos 4 adultos y un cochecito de bebe. Incluso nos trajeron una trona. Pero a partir de allí... desapareció el servicio.

No paraba de entrar gente, todos del pueblo, sentarse y empezar a pedir. Nos cabreamos cuando a alguna mesa en la que se habían sentado más tarde que nosotros, les empezaron a traer el primer plato, cuando a nosotros todavía no nos habían tomado nota. Y cuando nos tomaron nota, vinieron hasta en 3 ocasiones a leerse lo que habíamos pedido...

Los primeros platos fueron un desastre. Cada vez que veíamos acercarse un plato de macarrones o una ensalada...pensábamos que eran los nuestros. Pero no, se iban a otras mesas que se habían llenado después de nuestra llegada.

Cuando por fin nos los sirvieron eran comestibles, pero las presentaciones... parecía que hubieran echado a saco la comida en el plato. Mi plato, una ensalada, fue uno de los primeros en llegar y MA se rió cuando vio mi cara ya que me conoce muy bien y sabe que soy una tiquismiquis. Pero cuando vio el suyo... la que me reí fui yo. Y eso que él no suele quejarse nunca en temas de comida.

Del primero al segundo, nos tiramos también un buen rato. Al final conseguimos 3 de los cuatro platos pero el 4to no llegaba. Y no llegaba. Y no llegaba. Se nos estaba enfriando la comida y decidimos empezar. Y menos mal que lo hicimos porqué sino... Hasta que nuestro compañero no reclamó por enésima vez su plato... no se lo fueron a hacer a la cocina. Previamente le trajeron otro que lógicamente no quiso: se había pedido un librito y le trajeron lomo rebozado ... Nos quedamos con la duda de si en la cocina lo abrieron y le pusieron el jamón y el queso o si le hicieron uno nuevo ... 

De postre me pedí un corte de helado de turrón. El trozo que me trajeron, era más delgado que mi dedo!! Estuve a puntito de quejarme pero ahí es cuando decidí que escribiría este artículo. Con lo que me gusta a mí el helado!!! Y le das a MA un trozo grande y a mi uno pequeño?? Que pasa? que se ha acabado la barra y me dais las sobras???

A la hora de pagar, hice un cálculo rápido: 15€ del menú x 2 personas  = 30€.  Saco 30€ justos porqué no quería dejar propina y la chica me da el ticket: 32 y pico. What??? Ah! es que encima no estaba el IVA incluido... "bueno, como os hemos hecho esperar mucho, te descuento el café, que no está incluido en el menú. Regalo de la casa. Es lo que no te cuadra, verdad??".

Si tenéis que comer en Ripoll, buscaros otro sitio. Que sí, que este lo encontrareis a tope si paseáis por delante. Pero a tope sólo de parroquianos. Es comida de batalla, nada del otro mundo. Yo para eso prefiero comer un bocadillo. Y pensar que el día anterior comimos genial en Camprodón por 14€!

Noe, Sergio, gracias por alegrarnos la pre-sobremesa. La comida no fue nada del otro mundo pero al menos nos echamos unas risas.

Feliz comida! (pero no en la Perla!)


Para quien quiera visitar la verdadera perla de Ripoll y no el restaurante:
http://www.ripoll.cat/turisme5.php
Monasterio de Ripoll
Entrada: 3€
Horarios:
Invierno (de octubre a marzo) de 10h a 13h y de 15h a 18h
Verano (de abril a septiembre) de 10h a 13h y de 15h a 19h

1 comentario:

  1. Muchas gracias Cris. Desde luego si vamos por Ripoll intentaremos evitar este restaurante...¿¿que diría Chicote?? jejeje...

    ResponderEliminar