miércoles, 20 de marzo de 2013

TOSCANA 2012: RETORNO A SIENA

MARTES EN SIENA 

Hoy nos levantamos con pocas ganas de movernos. Desayunamos sobras que tenemos por la nevera (galletitas de chocolate, zumo, más chocolate, fruta, queso, pan) y... nos vamos para Siena. Hoy nos caduca el bono que compramos para visitar los monumentos así que decidimos utilizar todas las entradas que nos quedan. 

Aparcamos en el mismo sitio del domingo y... a visitar se ha dicho. La primera parada es en una óptica: el líquido para limpiar las lentillas se quedó en el hotel de Bolonia así que me compro uno de viaje. 

Decidimos empezar la visita visitando el museo della Opera del Duomo, visita obligada si queremos subir al  al Facciattone (o Panorama), para tener unas buenas vistas de Siena. 


Lástima que hay una grúa que me estropea algunas fotos...  


De bajada, paramos en un bar para darle la comida a Astrid. Uhm... está lleno de dulces con muy buena pinta. Se nos hace la boca agua pero nos esperamos a que la peque acabe para acercarnos a una pastelería que hay en la misma calle y que ya teníamos clichada antes de entrar en el museo. Nos compramos un par de tartaletas de melocotón y fresas. ¡Buenísimas! 




Paseamos un rato más, visitando alguna iglesia, entrando en algun museo, un claustro en donde Astrid se tomará su siguiente comida, y decidimos marchar hacia Colle di Val d´Elsa a visitar el COOP para llenar la nevera. Nos agenciamos con unos macarrones y una salsita que tiene muy buena pinta, parecida a la bolognesa.  

Llegamos a la granja pasadas las 4 y con un hambre foraz. Suerte que la pasta se hace pronto. Acabamos comiendo la pasta a la hora de la merienda. Uhmmm riquísimos. El truqui ha sido la salsa que hemos comprado, una especie de boloñesa con vino. Lástima que no volveré a encontrarla a pesar de buscarla en varios supers. Tendré que aprender a hacerla!. Si lo llego a saber que me iba a gustar tanto, hubiera comprado algún bote más. ¡Está para chuparse los dedos!.  
Comemos hasta reventar, lo que hará que casi no cenemos ese día. 
Una siestecita y cuando el sol se empieza a poner, sobre las 18h, nos vamos a la piscina Astrid y yo. Le pongo su gorrito, su camiseta contra los filtros solares y su bañador. Y como no, la embadurno de crema. Se pone súper contenta porqué ya ha entendido donde vamos!. Nos sentamos como el día anterior en el primer escalón y... a chapotear un rato. Cuando empieza a hacer frio, nos vamos al trocito de jardín que nos toca con la casa para secarnos un rato. Intento leer pero Astrid no lo pone fácil así que... lo dejamos por hoy. Duchita para quitarnos el cloro, jugamos con el patito en la bañera (si fuera por ella, nos lo hubiéramos llevado a la piscina pero no quiero correr el riesgo de que se me ahogue), cenita y a dormir. Los adultos intentamos jugar al UNO pero el sueño nos vence y nos vamos prontito a hacer compañía a la peque.

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