viernes, 14 de agosto de 2015

UN PASEO POR FUSSEN

Fussen es el típico lugar en donde me gustaría vivir. No es lo suficientemente pequeño como para aburrirte, pero tampoco es demasiado grande como para vivir con agobios. Es el típico sitio donde vas en bici a todas partes, la gente te conoce y puedes vivir en una casita con jardín en vez de un apartamento rodeado de edificios y sin verde alrededor. Y a menos de 1 hora, tenemos Múnich, por si queremos pasar el día en la “capital”.


El casco antiguo se visita pronto. Es peatonal, lleno de tiendas y restaurantes y si no nos encantamos mirando las fachadas pintadas de colores pastel o los murales, igual nos pasamos el pueblo sin darnos cuenta. Si prestamos un poco más de atención, en la calle principal, Reichenstrasse, chocaremos con una fuente en honor a St. Mang. En esta calle encontraremos restaurantes, heladerías y pastelerías. El problema es decidir qué comer porque todo tiene una pinta buenísima. En verano, yo me decantaba por una buena copa con varias bolas de helado, frutas y coronado con nata. Para el invierno, mejor un buen trozo de tarta de chocolate o frutas. Uhmmm

Muy cerca de la fuente, nos encontramos con el Monasterio benedictino del mismo monje, el monasterio de St. Mang, que actualmente es la sede del ayuntamiento de Fussen, y la basílica de St. Mang.



A quien le guste el mundo de Käthe Wohlfahrt, encontrará dos tiendas perfectas a dos pasos del monasterio. La primera es una pequeña tienda que parece de cuento. Tienen los típicos souvenirs de Baviera de madera pero a precios ridículos. La vendedora es una abuelita entrañable que igual ya debe estar jubilada. Cascanueces, los muñecos de la pipa que sacan humo por la boca, adornos para el árbol de navidad,… y aparte las típicas camisetas, imanes, bolsos,… Vamos, que cuando me dijo lo que subía la cuenta de todo lo que había comprado casi me da algo. Suerte que mi marido dijo que un día es un día.

Si no queréis estropear vuestro mundo de käthe wohlfahrt con adornos de madera y queréis casitas de cerámica, encontrareis a la competencia en la misma calle pero un poco más arriba, al lado de una tienda de bolas de chocolate, aunque igual tendría que decir bombas de chocolate por su tamaño y contenido calórico.

Para quien no conozca el mundo de käthe wohlfahrt, son unas tiendas que me vuelven loca. Es entrar y trasladarte a la navidad de tus sueños, con sus figuritas, sus casitas, su incienso,... El problema es que los precios son de escándalo. No obstante siempre que he entrado ha caído algo. Y así poco a poco me voy haciendo mi rinconcito de navidad alemana.

http://wohlfahrt.com/

Si tenemos ganas de caminar para olvidar la vena consumista, podemos coger la rampa que nos lleva hacia el Hohen Schloss. Fijaros que cuando giramos a la derecha para entrar en el castillo, el camino seguiría recto hacia el bosque. Es una buena opción para una excursión de medio día o paseo por la tarde.

Esta vez, como os he dicho, giramos a la derecha. Ya tendremos tiempo de entrar en el bosque. Una vez en el castillo, podemos descansar en el patio y admirar gratuitamente las pinturas que cubren los muros. Como curiosidad, indicar que aquí encontraremos unos baños públicos muy limpios debido a que en el piso de arriba hay una galería de arte.


Si preferimos la naturaleza, tenemos varias opciones. Desde el Monasterio, podemos cruzar el rio Loch con esas aguas color turquesa que me encantan, girar a la derecha y caminar unos 5 minutos por la carretera hacia una pequeña cascada artificial realizada para evitar las inundaciones en el casco antiguo, sin dejar de tener el rio siempre a nuestra derecha. Si hay más ganas de caminar, en otros 5-10 minutos siguiendo la misma carretera llegaremos al parking de Walderlebnis zentrum. Algo así como “centro de experiencias en el bosque”.


Y así sin darnos cuenta, entramos en Austria. Para los que quieran circular por autopista, recordad que habéis de comprar la vignette en la frontera. Y aunque vamos a pie, vemos un cartel donde la venden y por si acaso, decidimos cogerla.

Otra excursión que se puede hacer desde Fussen caminando, es pasear por la orilla del Loch. En vez de cruzar el puente o de subir la rampa hacia el castillo, veremos un caminito que va a parar a la orilla, donde han habituado un camino ideal para pasear y ver los patitos.


Este paseo si no lo dejamos, nos llevará hacia la derecha a una sucesión de pequeños lagos donde nos podemos bañar, aparte de ir admirando las casitas de las afueras del pueblo. En cambio sí cogemos el camino de la izquierda, el que a mí me gustaba hacer por las tardes, primero caminas por la orilla del rio y luego el camino se bifurca en dos: uno que va hacia el lago Forgensee, donde hay columpios para niños. Y otro que va hacia Schwangau. Ambos preciosos.

Qué envidia ver a la gente volver a casa después del trabajo paseando con sus bicicletas por aquí. Yo también quiero!

Hasta la próxima Fussen.  




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