LUNES: SAN GIMIGNANO, VOLTERRA Y LOS MEJORES PAISAJES DEL VIAJE.
El
lunes nos levantamos bien prontito, gracias a Astrid y con ganas de
hacer cosas. El problema es que le dijimos a Ylena que desayunaríamos en
la granja y para ello todavía queda más de una hora. Vamos avanzando y
nos duchamos, nos vestimos, nos tomamos una el bibe, nosotros un zumito,
luego unas galletas,... y todavía falta media hora. Total que vamos a
ver, como no, a los caballos, que Astrid se muere de ganas. Ylena nos ve
y empieza a prepararnos el desayuno. Madre mía que rico. Ahora entiendo
eso del mito de la Toscana "Non fare niente". Si todas las comidas son
así,... saldremos de aquí con unos cuantos kilos de más. Hay 2 pasteles
caseros, mantequilla, mermelada casera de 4 tipos, tostadas, embutidos
también caseros realizados por la granja de al lado,... Vamos, que nos
ponemos las botas.
Para Astrid, Ylena nos ha preparado una trona como la
que tenemos en nuestro apartamento. No sé si lo he comentado pero el
apartamento está muy bien si vas con bebes con ganas de gatear. Y en la
casa te ofrecen gratis la cuna y la trona.
Desayunamos
con calma hasta que Astrid se harta de estar atada y tenemos que dejar
de comer. Menos mal que alguien nos ayuda a poner el freno, jeje.
Nos ponemos en marcha
camino de San Gimignano. Nos habían avisado que fuéramos pronto para no
coger caravanas pero la verdad, no encontramos a nadie por el camino.
Eso sí, cuando llegamos, nos vamos a un parking algo alejado ya que los
más cercanos a las puertas de entrada están completos.
No
sé qué esperaba de San Gimignano pero la verdad, no esperaba que me
gustara tanto. Pensaba que sería un pueblo con mucho turismo, abarrotado
de gente, sin poder caminar,... Nos pasa al igual que ayer en Siena,
estamos casi solos (¿dónde está la gente de los coches aparcados???).
Paseamos por las murallas y entramos en el casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1990.
Está todo muy bien conservado y disfrutamos mucho de la visita.
En la
piazza de la Cisterna, donde según el foro y las guías se vende el mejor
helado del mundo, han montado un mercadillo. ¡Por eso habían tantos
coches! Nos pensamos si coger un helado o no pero la verdad, hambre no
hay con la cantidad de embutido, tostaditas con mermelada y el pedazo de
pastel que nos hemos comido. Así que decidimos no ser golosos y dejarlo
para otro día.
Decidimos hacer un poco de ejercicio y subir a la Torre Grossa,
lógicamente sin ascensor y con la peque en brazos … Es para añadirle
emoción a la ascensión! Vaya vistas nos esperan arriba! Desde aquí se
aprecia mucho mejor porqué San Gimignano
está considerado el Manhattan medieval. El pueblo todavía conserva
muchísimas torres de piedra, edificadas por las familias ricas para
demostrar su poder.
¿A que parece Manhattan de piedra?
Al bajar de la torre visitamos las habitaciones y nos encontramos con este cuadro que representa la primera noche de bodas.
Las calles se empiezan a llenar y es hora de ir
tirando hacia nuestro próximo destino: Volterra. Deshacemos el camino por
calles cada vez más llenas (cuesta moverse con el cochecito) y alucinamos
cuando llegamos al parking la cola de coches que hay esperando un hueco. ¡Menos
mal que hemos llegado de los primeros! Buscamos un banco en un parque para
darle la comida a Astrid y... hacia la próxima parada.
En la carretera me quedo embobada disfrutando del
paisaje. A medida que nos acercamos a Volterra, todavía es más bonito.
Decidimos buscar un sitio alto para parar y hacer unas fotos. ¡Y vaya sorpresa!
¡Todo el mundo ha pensado lo mismo!
Llegamos y aparcamos en un parking ubicado fuera de
las murallas. La subidita es un poco cansina pero ya va bien hacer ejercicio,
que la comida italiana es muy calórica!
Paseamos por el centro histórico y buscamos la
oficina de información para agenciarnos con un mapa. Me hace gracia ver
montones de chicas de distintas nacionalidades delante de un mapa con la cara
de los protagonistas de Crepúsculo. A pesar de que la autora ubicó aquí la
novela, se rodó en otro sitio. Pero los dos pueblos han sabido sacarle filón turístico
al asunto. Dudo en si comprarme o no el mapa, pero al final, gana mi cerebro
indicándome que ya no tengo edad para tonterías a pesar de haberme leído los 4
libros y estar esperando ver la quinta y última película de la saga.
La plaza en donde está la oficina es preciosa. Las
fotos no le pueden hacer justicia porqué es enorme. No sé si es por la grandeza
y que se me va la vista, el hambre porqué el desayuno ya lo hemos bajado, o por
la calor que me entra bajo el gorro de paja, pero me entra un mareo
impresionante y hemos de buscar un sitio a la sombra para descansar. Allí cerca
(a 1 minuto) hay unos baños en donde entro, previo pago, a refrescarme. Para
los mochileros, avisar que hay duchas a muy buen precio!
Algo más recuperada continuamos nuestro paseo por una calle que rodea
desde las alturas la muralla exterior. Desde aquí se pueden tener muy buenas
vistas del Teatro romano.
Este pueblo me está gustando mucho pero cada vez me
encuentro peor así que decidimos ir a un súper a comprar algo de comida y
acercarnos al apartamento a comer y descansar. MA se compra unos bocadillos. Yo
no sé si tengo hambre, ya picaré algo de lo que tengamos en casa cuando me
encuentre mejor.
Llegamos a casa y mientras MA se come el bocadillo que se ha comprado en Volterra, yo me hago una comida rápida con lo que encuentro por la nevera
Después de una merecida siesta, cojo la cámara y me
voy a investigar los alrededores de la granja. Es la hora de dar de comer a los
caballos y están como locos al ver acercarse a su dueño. No sé cuántas
hectáreas tendrá esta familia pero no me extraña que no quieran vivir en la
ciudad. Nuestro apartamento tiene 20mtrs más que nuestro piso! Y solo el
terreno que tienen los caballos para correr es como el parque de la Ciudadela de Barcelona o
más. Lástima que la vida de campo sea tan dura y no te permita descansos…
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