Hoy nos
levantamos con ganas de hacer muchas cosas pero el día se ha levantado muy
tapado.
Nuestra
primera parada es Moléson-Village La idea es hacer una mini ruta de montaña por aquí para después
dirigirnos hacia Gruyere para probar el famoso queso. LA oficina de turismo nos
envió un folleto titulado "sentier des fromageries". Se puede hacer una
ruta circular por las "fromageries" (Fábricas de queso) de la zona.
Pero somos conscientes que no nos da tiempo ya que son 14km, que ellos calculan
que se hacen en 4h por los desniveles.
Os paso el enlace por si quereis leer sobre el tema:
http://www.la-gruyere.ch/fr/sentier-de-fromageries.html
La vista se
nos va en todas direcciones. Que montañas! Con el mono de caminar nos ponemos
todo el equipo, subimos a la peque a su mochila y... caen gotas??
Decidimos
que no vale la pena aventurarnos, que es el primer día y que ya tendremos
tiempo de pisar montaña. Paseamos por el pueblo viendo las vacas, el rio, las
casas! (ya hemos fichado alguna que nos encanta!). No llevamos ni media hora en
el pueblo pero decidimos que ya no da para más si no podemos hacer trekking así
que... vuelta al coche y a marcar en el GPS el nuevo destino: Gruyeres.
Siguiendo
las recomendaciones de los foros, aparcamos de forma gratuita a la entrada del
pueblo, en la Maison
du Gruyere. El parking está un poco apartado del centro pero desde allí sale un
sendero bien indicado que en unos 10 minutos nos deja en el centro. El camino
hace subida pero es muy agradable, por la montaña, separado de los coches y con
bancos de madera de tanto en cuando. Esta vez salimos mejor equipados ya que
está cayendo una ligera lluvia: chubasqueros, paraguas y el plástico para el
cochecito.
Gruyeres es
bonito. El mal tiempo nos podría haber aguado la visita pero no es así. Toda la
zona del centro es peatonal, se ve muy cuidado, con flores en las montañas.
Vamos, como muchos pueblos suizos que iremos viendo los próximos días. Pero lo
que de verdad nos ha llevado a Gruyeres, no es su queso ni sus flores, sino
tomar algo en el bar HR GIGER, el creador de Alíen. Tenemos la suerte de entrar
en el momento justo y encontrar una mesa ya que al cabo de unos minutos se pone
a diluviar y el local quedó abarrotado. Me apetece ver el museo de HR GIGER
pero nos da cosilla que la peque rompa algo así que lo dejamos apuntado para
otra ocasión.
Tras casi una
hora en el bar, decidimos dar una vuelta por el castillo de Gruyeres, ya que
ahora cae una ligera lluvia y ésta parece que nos va a acompañar todo el día.
Vuelve a caer un
buen chaparrón así que decidimos bajar corriendo hasta el parking y buscar una
mesa para comer en la Maison du Gruyere antes de que todo el
mundo tenga la misma genial idea. Pero... no es lo mismo correr solo a hacerlo
con un cochecito así que cuando llegamos tenemos unas 50 personas delante.
buahhh No obstante nos quedamos a hacer
la cola ya que nos confirman que en menos de media hora podremos sentarnos. (Y
lo cumplieron!).
No obstante, el
tiempo nos pasó rapidísimo ya que la
Maison du Gruyere ofrece un tour por su fábrica y a la salida
tiene una tienda con un montón de souvenirs donde todos los turistas nos
resguardábamos para no mojarnos. Allí fue donde sufrimos uno de los primeros
sustos del viaje con mi peque. Se emocionó tanto al ver tantas cosas en la
tienda q... se me escapó. Oía su risa y sus pasitos corriendo pero no conseguía
atraparla. La tienda es de estas tipo laberinto, con muchos pasillos y mientras
yo sufría por si rompía algo, mi marido sufría por si la raptaban. Al final
saltaron las alarmas porqué intentó salir de la tienda con una taza para su
desayuno (por suerte era de plástico) y el guardia de seguridad nos la entregó
literalmente (porqué la llevaba cogida entre sus brazos y la peque
pataleando...). Total que para no hacer más el ridículo... compramos la taza.
Bueno, al menos es bonita y nos sirvió para indicarle que a partir de ahora...
se acabaron los bibes :-)
Mientras mi
marido iba a dejar los souvenirs al coche (recordad que habíamos aparcado en el
parquing de la Maison ,
justo al lado del restaurante) nos llamaron para sentarnos a comer. Y que rico
estaba todo. Una de las mejores comidas del viaje y de las más baratas! Y vaya
platos! Suerte que no le habíamos pedido nada a la peque y le pudimos ofrecer
de lo nuestro. Teníamos miedo a que nos clavaran un buen pellizco pero no, menú
precio español. Además la comida estuvo amenizada por un grupo de músicos
amateurs que había venido a visitar el museo. ¿Qué más podemos pedir? La peque
salió a bailar junto con otros niños. Estaban para comérselos. Igual en lo
único que pinchó el menú es en el postre a base de quesos. Suerte que yo me
pedí el helado, jejeje
Nuestra
siguiente parada es la Maison Cailler
en Broc (Fábrica Nestle). El parking está abarrotado de familias árabes. Y
claro, la unidad familiar es tan grande que directamente han alquilado
furgonetas!. Se ve una laaaaaaaaaaarga cola desde aquí. Cuando preguntamos en
la taquilla a qué hora nos tocará entrar... se nos pasan las ganas de ver como
fabrican el chocolate y nos vamos directamente al outlet que tienen montado un
poco más arriba del parking. Aquí sí que nos pusimos las botas comprando.
Sinceramente, no sé si es más barato que en otros sitios (en los foros decían
que sí) pero lo que si se es que nos quitamos el tema souvenirs en un momento.
Compramos varias cajas decoradas llenas de chocolatinas para la familia y
varias tabletas para merendar. (A este ritmo, vamos a volver con unos kilitos
de más!!). No solo había chocolate. LA tienda vende cualquier producto de la
marca Nestlé, sea o no comida.
En vista de que
el día no mejora, decidimos volver a Montreux y darnos un buen atracón de
chocolate para merendar. Pero cuando llegamos, el tiempo ha mejorado tanto que
decidimos volver a dar un paseo por el lago. Estos días Montreux está de fiesta
y hay música regional en el mercado con productos autóctonos. Uhmmm. Como es
pronto nos da tiempo de recorrernos también la zona alta de la ciudad y
disfrutar del ambiente de lujo que se respira. Eso sí, vaya precios. Tengo mono
de pan y me compro una baguete de las pequeñas. 3 €! Me parece que no voy a
comer más pan hasta que regresemos a casa.
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