martes, 15 de enero de 2013

LA TOSCANA 2012: BOLONIA Y CHIANTI


Una de las ventajas de viajar con un bebe, es que no hace falta llevarse el despertador. A las 7am, como un reloj, cada día se despierta para reclamar su biberón. Pero como existe la ley de Murphy, hoy que tenemos que iniciar el viaje no se despierta. Así aprovechamos para desayunar bien e ir bajando las maletas al coche. En cuanto ella se despierta, cambio de pañal, bibe y... con pijama y todo, para el coche.  

Tocan 2 días de autopista hasta llegar a Bolonia. Sí, ya lo se, se puede hacer en menos, pero la peque necesita descansar si no queremos que se pase horas y horas llorando dentro del coche. Hoy es miércoles y si no pasa nada, el viernes al mediodía o antes estaremos ya allí. Así que... como dice la promoción de la Nestlé este verano: carretera, chupete y manta. Y para que no falten los chupetes, nos llevaremos 4: uno atado al cochecito, otro a la sillita del coche y dos para dormir, ¿regresaremos con los 4 o perderemos alguno por el camino? Nuestro amigo el calamar pirata, que nos acompaña en nuestras aventuras, también se quedará permanentemente atado al coche para que Astrid pueda jugar con él sin tirarlo al suelo. 




Nos ponemos en marcha. Tenemos suerte porqué la peque se pasa casi todo el camino durmiendo y sólo se despierta cuando tiene hambre, cada 3-4 horas. Esos momentos los aprovechamos para descansar y estirar todos las piernas. 
Para los que vayan con niños, un apunte sobre las áreas de servicio de Francia: las que son grandes, que pone Auto- grill, y parecen casitas... son increíbles. Tienen un espacio especial para bebes, donde pueden entrar tanto los padres como las madres. No se si lo hacen siempre o coincidimos con una campaña de verano pero si te pedías un menú y tenias un niño, te daban una bolsa para el peque. Si era bebe como la nuestra, te daban pañales, toallitas, una camiseta, un potito y un juguete. A los más mayores, no se que les daban pero también tenían comida y juguete. El área para cambiar los pañales genial y súper higiénica. Encima de los cambiadores tienen un rollo gigante del papel y cuando acabas tienes que cortar el papel y tirarlo, y dejar la paradita limpia para el siguiente. También tenían lavabos para "enanitos" por lo que si una mami entraba con una pequeña tropa, mientras le limpiaba el culete al bebe, el mayor podía sentarse solito en la mini taza y lavarse solito las manos.  

Así como a estas áreas de servicio les doy un 10, no puedo decir lo mismo de las de Italia. Vaya guarrería, todo asqueroso, mojado,... Si que tienen cambiador pero dentro del baño de señoras. No me gustó nada. Los franceses me han malacostumbrado.  


BOLONIA 

Unos nos habían hablado muy bien de la ciudad. Otros muy mal. A ver, con un día tenemos suficiente para verla pero no está mal. Es curiosa, con sus torres inclinadas que parece se vayan a caer en cualquier momento, sus calles porticadas, sus museos,... 







La verdad es que la ciudad se nos queda pequeña. No se cuantas veces la acabamos recorriendo. Aprovecho para comprarme pinzas para el pelo. Sólo en Italia las encuentro super gigantes a buen precio para que aguanten fuera de mi cara toda esta maraña que tengo encima de la cabeza.  




Astrid da el visto bueno a los helados italianos: parece que le gustan!. Compramos provisiones para cenar en COOP. Compramos unos bocadillos de pollo y unas ensaladas ya preparadas y con sus sobrecitos de aceite y vinagre. Aparte nos quedan unas galletas príncipe todo chocolate (la galleta también) que tomaremos de postre después de los kiwis. Uhmmm   


YA ESTAMOS EN LA TOSCANA 

Después de un súper desayuno (ver apartado de Alojamiento), nos ponemos en marcha hacia el Chianti. Mi recomendación es que dejéis la autopista a la altura de Florencia y vayáis en dirección Greve in Chianti. El paisaje es precioso pero las fotos no le hacen justicia. 






Cualquier pueblo en donde paréis, os gustará. A menos conocidos, más ambiente italiano encontrareis. Al final nosotros paramos en Greve para comprar las provisiones de toda la semana. Veréis que por la carretera anuncian los supermercados "COOP". Si no lo entendí mal,  es una cooperativa. Los precios bastante buenos. Y la calidad de la comida, (frutas y verdura) también nos pareció correcta.  

Continuamos nuestra ruta parando en diversos pueblos a estirar las piernas, dar de comer a la peque o simplemente a fotografiar el paisaje y al final, llegamos a Colle di Val d´Elsa. Aquí empezó nuestro periplo. No encontrábamos nuestro agroturismo! (Ver Alojamientos). Después de más de una hora de pasar por el mismo sitio, al final dimos con él pero el aire se podía cortar con un cuchillo... Suerte que la peque estaba durmiendo y en ningún momento se puso a llorar que sino ... la liamos!.  


Tras lo que nos parecieron varios kms por una carretera sin asfaltar (2-3 min cuando ya sabes donde vas), llegamos por fin a casa Verniano y sencillamente, nos encantó. El problema es que no veíamos a nadie que nos indicara cual era nuestro apartamento. Parecía que fuéramos los últimos en llegar ya que en el parking habian varios coches. Al final encontramos a Ylena, nuestra anfitriona y por fin pudimos tomarnos un buen descanso a la "Toscana": directa a la piscina y " non fare niente".


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