Este centro de experiencias en el
bosque seria algo asi como „el bosque vertical“ pero en light. Para quien no sepa que es el bosque vertical,
son unos parques que han aparecido por distintos lugares de Catalunya en los
cuales lo divertido es desplazarse de arbol en arbol caminando a traves de
puentes de madera colgantes o tirolinas. Divertido, no?
Pero aqui en Alemania la
experiencia es diferente y para toda la familia siempre y cuando los peques ya
sepan caminar.
El parque está ubicado en la
frontera entre Alemania y Austria y en cada pais tiene su parking. El de Alemania
es muy pequeño. Ya comenté en otra entrada que se puede ir andando desde
Fussen. Seran unos 15-20 minutos desde el ayuntamiento. En cambio el parking de
Austria es bastante más grande.
Otra cosa que cabe destacar es
que es gratuito, algo insolito en España. Os cuento mi experiencia desde el
parking de Alemania. Justo al lado del bar, debajo de la carretera hay la
entrada al parque, al cual podemos acceder bajando un caminito o ... bajando
por un tobogan un poco bestia. Alguien se atreve? Yo despues de sentarme me
rajé y bajé por el camino L
Una vez abajo empieza como os
indicaba un camino circular de 1,5km (Auwaldpfad).Caminando por el bosque iréis encontrando distintas estaciones
con actividades: cruzar el rio, arrastrarse con una barca de troncos,
aprenderéis cosas sobre el rio… Nosotros lo encontramos un poco bestia para
nuestra peque, debe ser para niños más grandes (6 o más años) así que después
de un rato, volvimos hasta el tobogán para enlazar con el otro circuito.
Para pasar de un circuito a otro, tenemos que
atravesar un túnel bajo la carretera sin mojarnos los pies. Muy divertido!! Y
una vez atravesado, nos esperaban un montón de aventuras por el bosque. Este
camino es un poco más largo, 1,7km pero se hace muy entretenido. Aquí las
actividades son colgarse en una especie de columpio como si fuéramos una araña,
o caminar por encima de unos troncos de distintos tamaños y alturas, pasar
puentes de madera, tocar distintos tipos de madera, hablar a través de troncos
(un invento anterior al teléfono), subir a casitas de madera para observar las
vistas, buscar oro, hacer música con distintos materiales,… Y si estáis atentos, hasta podréis ver a las ardillas corretear. Vamos, que la peque
se lo pasó genial.
Como curiosidad, nos dimos cuenta que los niños
pequeños autóctonos eran más atrevidos que la nuestra. En España estaríamos
todos sufriendo por si los niños se hacían daño. Aquí gateaban hacia las
atracciones, cogían piedras, tierra, hojas, se caían al suelo y no pasaba nada.
Son más intrépidos. Yo en cambio sufría por si se caía, se perdía, se metía
algo en la boca… Madre sufridora!!
A medio camino, encontramos un desvío que ponía
“Märchenpfad”: sendero de los cuentos. Lo seguimos, a ver si se parecía al
mundo de los cuentos que habíamos visitado unos días antes pero no tenía nada
que ver aunque también era chulo. Siguiendo carteles donde había dibujado un
enanito, fuimos leyendo cuentos de distintos países, los cuales estaban
enganchados en los árboles. Yo personalmente no conocía ninguna de estas
historias.
La guinda a esta excursión la pone una atracción que
va de un parking al otro… por las alturas. Se trata del “Baumkronenweg”. Algo así
como el camino por encima de los árboles. Yo creo que la foto que más justicia
le hace es la que he descargado desde la misma página web.
Es casi medio kilómetro de caminata a 21 metros del
suelo, admirando las copas de los árboles y el rio. No da nada de miedo. Se
mueve un poco cuando sopla mucho el viento pero en ningún momento me sentí
insegura. Al contrario, no daba la impresión de estar en una pasarela.
Esta actividad sí que es de pago (4€ creo) pero no me impresionó
mucho. Se me hizo un poco largo. Si nunca habéis subido, yo creo que al menos sí
que vale la pena pasear una vez por el Baumkronenweg, pero el resto de días, ya
hay suficiente con los dos circuitos de montaña.
Igual es que me esperaba algo así:
Éste sí que da miedo, verdad??
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