Hoy os voy a
hablar de una granja en la cual hemos tenido el placer de alojarnos estos días.
Está en Llanars, a 5 minutos de Camprodon.
COMO LLEGAR
El GPS nos guía
hasta Llanars. Una vez entrado en el pueblo, si venimos de Camprodón, tendremos
que buscar la iglesia románica del pueblo (preciosa), ubicada a nuestra derecha
a pie de carretera, y nada más pasarla, ir mirando la acera de la izquierda
hasta encontrar este cartel
Aquí empieza una
pista asfaltada de montaña que nos llevará hasta la casa. Son solo 2km y no hay
precipicios ni pasos muy estrechos. Éste era mi gran temor al escoger la casa
ya que conozco la zona y la carretera de Rocabruna a Beget, pueblo de postal
muy recomendable, me da pánico!. En 5 minutos llegareis a la casa pero si os
pasa como a nosotros y os la pasáis de largo porqué veis tarde el cartel de
bienvenida, unos metros más adelante hay un par de casas en donde dar la vuelta
sin problemas.
LA CASA
La primera
palabra que me viene a la mente es gigante. Y es que la casa es enorme. Está
rodeada de un jardín natural enorme por donde las gallinas van a su aire, así
como el perrito que tienen, Jacky, y sus 4 gatos. A unos metros de la casa,
están las ovejas pastando, separadas por una alambrada para que no se cuelen en
la casa. En cualquier momento te puedes acercar a saludarlas que estarán
encantadas de venir y darte un lametón en las manos. Si hay suerte y coincide
que hay corderitos, tendremos la oportunidad de darles el biberón. Pero cuidado
que son unos glotones!
A la hora del
desayuno, también podremos darles maíz a las gallinas, las cuales salen
disparadas del gallinero nada más abrirles la puerta.
Respecto al
interior, en su página web podemos ver las habitaciones, cada una con su baño
privado, y decoradas según su utilidad en la antigüedad. Nosotros nos alojamos
en "l´herbera". Un detalle que me gustó fue encontrarme un librito en
la habitación en donde explicaba el porqué de su nombre. La decoración interior
incluía un trineo de nieve de los antiguos, varias fotos de trabajo,
herramientas de campo,...
El desayuno,
incluido en el precio, es muy completo. Y si la intención es hacer trekkings
como nosotros, la verdad es que saldréis de aquí con energía suficiente para
aguantar toda la caminata. En la mesa nos esperaba cada día un buen plato de
jamón acabado de cortar, y en una larga mesa auxiliar teníamos un buffet dulce
y salado. Bull negre, butifarra blanca, longaniza, queso tierno y seco,
quesitos para los peques, cereales, pastel casero de manzana y coca con cabello
de ángel. Para beber, zumo de naranja recién exprimido o en la nevera podíamos
escoger otro tipo de zumos, cerveza, refrescos,... En otra mesa, encontramos el café y la leche.
Se puede escoger entre leche embotellada o leche recién ordeñada. Para los
amantes de las hierbas, tenemos varios tés e infusiones, algunas de ellas
naturales. Yo un día después de cenar me tomé una María Luisa riquísima!.
EL CORRAL
No estoy
hablando de donde guardan los animales sino de donde los guardaban
antiguamente, como pude leer en el librito que encontré en esta sala de 100mtrs
cuadrados. Actualmente lo han reconvertido en salita de estar para los
huéspedes, una sala sin paredes interiores pero con 4 ambientes diferentes: en
una esquina, la zona de juegos para los peques: libros, correpasillos, puzles,
mesita y sillas para su estatura,...
En otro punto la
librería y la zona wi-fi con un ordenador a nuestro servicio.
Otro ambiente lo
forma el bar self-service, en donde tienes una hojita para ir apuntando lo que
consumas. Hay una pequeña neverita para los huéspedes, en donde poder guardar
la comida de los más pequeños por ejemplo. Este finde estaba llena de purés
caseros :-) Aquí también hay una mesa larga en donde comer o cenar. En la
granja ofrecen cena a 20€ /adulto pero, a pesar de ser a las 20h, no sabíamos
si la peque aguantaría despierta y pasamos de apuntarnos.
Y el último
ambiente, mi favorito, la sala de estar. Unos sofás comodísimos con vistas a la
Vall de Camprodon y a la chimenea, que hemos tenido encendida en pleno julio.
Nuestra intención era relajarnos por las tardes en el sofá mientras leíamos
aprovechando que la peque estaba en su rincón jugando pero con estas vistas...
imposible concentrarse. Creo que en todo el fin de semana solo leí 10 páginas!.
La idea era leer
en una de las mesas que hay en el jardín pero como todas las tardes llovía y
hacia algo de fresco, preferimos quedarnos en el interior. Pero si hace buen
tiempo, hasta podéis daros un pequeño remojón en la piscina hinchable que han
puesto para los niños.
Y si os gusta la
montaña, los dueños os indicaran rutas que empiezan en la misma casa por lo que
no hace falta coger el coche para nada.
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