jueves, 25 de abril de 2013

TOSCANA 2012: PIENZA, MONTEPULCIANO Y SAN QUIRICO D’ORCIA

Hoy nos toca visitar, según los comentarios que he leído, uno de los mejores paisajes del viaje. Los paisajes de donde se obtienen las postales más bonitas de la Toscana. Nos vamos a la Val d´Orcia.

Nuestra primera parada es en Pienza. Casi somos los primeros en llegar al parking (gracias Astrid por hacer de despertador cada día, a pesar de estar de vacaciones y querer dormir al menos hasta las 8:00….). Dentro del pueblo no se puede aparcar ya que es todo peatonal. En un principio dudo que semejante parking (es gigante) se llegue a llenar durante el día pero cuando marchemos, estará a tope! 

Estamos en la ciudad natal del papa Pio II y como tal, cuando subió al poder quiso convertirla en un lugar digno de admiración por su belleza, siguiendo los cánones renacentistas del momento. El problema es que tenía que adaptarse al espacio que había y algunas cosas parecen metidas con calzador. Hay que verlo para entenderlo.  



 Cuando llegamos a la pl. Pio II nos quedamos alucinados. Por todo lo que había leído, me esperaba una plaza grande, o al menos de tamaño mediano. Pero no, es una plaza pequeñita. Vamos, que la de mi pueblo de 40 habitantes en invierno es más grande!!!  Luego ya te lo miras bien y la plaza no es tan pequeña pero las obras realizadas por Pio II, consiguen empequeñecerla. Y es que el Duomo no encaja. Es bonito, pero...demasiado grande para tan poca plaza. Me desilusiona un poco. Por dentro, tampoco llama mucho la atención. Es muy simple lo que igual ayuda para adentrarse en la oración, que al fin y al cabo es su misión. Me dedico a buscar los sensores para detectar un futuro desprendimiento. Los hay en varios puntos. No estamos mucho tiempo dentro. Sólo el necesario para hacer 4 fotos a las grietas del suelo. Me da miedo que justo se derrumbe la iglesia ahora que estoy yo dentro. Y es que la iglesia se está rompiendo, literalmente, por la mitad. Da cosilla caminar por aquí y notar como el suelo se inclina.  



Es tan grande, y pesa tanto que la montaña está cediendo.  

Vale la pena bajar las escaleras que hay a la derecha del Duomo y admirar el paisaje de la Val d´Orcia.  Por otro lado se coge un paseo alrededor de la muralla, que también ofrece estas vistas y es más facil de fotografiar. Se entra por los callejones que quedan a la izquierda del Duomo.



Volvemos a subir las escaleras, y entramos en la oficina de turismo, que está en la misma pl. Pio II. Nos habían recomendado ver su interior. No está mal. 

Vamos a por otro patio interior. En este caso el palacio Piccolomini. Me apetece visitar la casa pero Astrid empieza a tener hambre y sueño así que pasamos de comprar la entrada y buscamos un bar en donde complacerla. Con el estómago lleno, la paseamos por la calle comercial hasta que se duerme, que son 2 minutos. Me enamoro de una tienda donde todo es de madera: carteles para las habitaciones, relojes en forma de animales,... Todo esto quedaría muy bonito en su habitación. Pero es que no tenemos mucho espacio en la maleta que se diga ... Así que lo dejo estar pero antes de subir al coche, cuando Astrid ya está atada en su sillita, me entran ganas de salir corriendo para comprarle un reloj mariquita precioso. Suerte que MA me detiene porqué, ahora no lo sabemos pero esta misma tienda tiene una sucursal en Florencia y aunque parezca mentira, allí todo es más barato!!  

Miro mis apuntes, a ver si nos dejamos algo y ahora veo que apunté que no comprara nada en Pienza. Es de lo más caro de la Toscana!. Eso sí, sirve para ver qué cosas podemos ir comprando en otros pueblos. Aquí son especialistas en temas culinarios. El problema es que igual por no pagar ahora un par de euros más, luego no lo encuentras en ningún sitio... Quesos, hierbas para cocinar, preparados culinarios, uhmmm, que hambre que nos entra! Vámonos de aquí ya! sino, la visa echará humo! 

Saliendo del parking, ya montados todos en el coche, damos un vistazo exterior al monasterio que aparece en la película “El paciente Inglés”.  

Seguimos nuestra ruta. MA tiene muchas ganas de visitar Montepulciano pero yo la verdad, ni fu ni fa. He leído muy malas críticas. Gracias a Dios que gana él porqué se convierte en una de las visitas excepcionales del viaje. Y eso confirma la norma de que "para gustos los colores". Había leído opiniones que decían que parecía una feria de vinos pero nada más lejos de la verdad.  

Después de dejar el coche en un parking que encima está lejísimos y súper lleno, empieza la ascensión. 

Con la calor que hace no me importaría subirme al cochazo de "Alice, la hermana vampira" y compartir el coche con Bella hasta la puerta de la muralla. Y es que si el otro día visitamos los escenarios del libro "Luna Nueva" hoy estamos en los escenarios de la película. Volterra era bonito pero entiendes porqué decidieron escoger esta plaza para la peli. Has de subir unas cuestas impresionantes y cuando llegas resollando arriba, te espera una plaza espectacular. Y no es que vengamos de Pienza y ésta sea todo lo contrario. Ya le hubiera gustado a Pio II tener todo este espacio para "remodelar". Las fotos, as usual, no le hacen justicia. Además esta noche hay espectáculo y hay un tablado además de andamios arreglando fachadas para dejarla todavía más bonita si cabe.  



Miramos restaurantes pero son bastante caros así que decidimos picar algo y seguir nuestro camino.  

 
Después de varias horas en Montepulciano, nos ponemos en marcha para casa. Por el camino vamos parando por la carretera para admirar y fotografiar el paisaje. Con el coche detenido, pensamos que no nos importaria despertarnos mañana con este paisaje. Le digo a MA que la próxima vez que nos casemos, quiero hacerlo aquí:


Es el tipo de ermita donde se celebran, en mi imaginación, bodas secretas, con los más íntimos. Cuidado no os paseis el desvio para visitarla!. Está en medio de la nada pero la pausa vale la pena. 

No tenemos ganas de más paradas pero… a Astrid le toca la merienda. Paramos en el primer pueblo que encontramos, que resulta ser San Quirico D´Orcia. Damos una vuelta por allí, fotografiamos la colegiata, una iglesia que encontramos más adelanta con unos leones muy chulos y entramos en un parque a tomarnos un súper potito de fruta.  Si hay ganas de pasear, igual el pueblo está bien pero después de Montepulciano, el listón ha quedado muy alto. 

Carretera y para casa. Hoy llegaremos demasiado tarde como para ir a la piscina. Pero igualmente, no faltará la visita a los caballos antes de ir a dormir. 

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